Las nuevas prácticas para evadir el Transantiago

Que las políticas públicas tienen que considerar la idiosincrasia cuando se trata de diseñar la "ingeniería del detalle" queda más que evidente en el Transantiago. Porque micros con tantas puertas sólo pueden funcionar en países donde la gente está educada y condicionada para cumplir las reglas.

Pero creer que en "Chilito" bastaba con poner un letrero que diga "no subir" para que la gente se suba a los buses por donde debe y pague religiosamente su pasaje es un pecado de ingenuidad. Porque los usuarios de nuestro moderno sistema no sólo aprovechan de ahorrarse el pasaje cuando las puertas se abren para dejar pasajeros, algunos incluso las fuerzan (y obviamente las rompen), pero lo que está de última moda es pedirles a los que están adentro que toquen el timbre para que el chofer accione los sistemas creyendo que se solicita una parada. Es la nueva mal entendida solidaridad, para la que esos caritativos santiaguinos tienen su propia explicación: "No importa, si estos gallos nunca pierden. Esta plata la recuperan con los transbordos".Pero con estas malas prácticas, que difícilmente podrán erradicarse, cabe la pregunta de si realmente con tanta evasión y maltrato a las máquinas Transantiago logrará rentabilizarse.

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Lo que llega a Chile muere, siempre le encontramos algo para que no funncione o para tratar de no pagar, el Transantiago le cambio la vida a los santiaguinos y para mal, es un buena idea el sistema de transporte pero por lo visto aqui no funciona, colapso y practicamente mato al metro. Aqui en Chile

no tenemos una cultura como para tener un transporte donde debemos respetar un orden y ser pacientes,